Cada tanto ocurre que uno lee alguna frase o
párrafo, y parece que, de golpe, se aclara un tema que daba vueltas en la
cabeza.
Algo así me sucedió con una parte del poema “La
copa” de Swami Vivekananda, con respecto al significado de las cartas natales
en Astrología.
En ese poema, Dios le
habla al hombre acerca del duro camino que éste tiene que recorrer en su paso
por la Tierra. En la tercera estrofa le dice:
Esta es tu tarea. No tiene alegría ni gracia,
pero no está destinada para ninguna otra mano
y en Mi universo
tiene su lugar exacto.
y
en Mi universo tiene su lugar exacto…
Un lugar medido, justo,
deliberado en el universo ¿No se trata del lugar que, en su peculiar modo, nos
muestra la carta astrológica, en su combinación de posiciones rigurosas con significados
sutiles nunca aprehensibles del todo?
Pero además, esta frase
contrasta con las primeras dos estrofas. Somos extremadamente pequeños y
nuestra vida está llena de obstáculos, dicen ellas. Sin embargo, tenemos un
lugar en el mundo con algún sentido, aunque no lleguemos a comprenderlo. Esta misma
es la sensación que resulta de tanto tiempo de vivencias astrológicas propias y
compartidas con otras personas: la de oscilar entre la certeza de nuestra
insignificancia y la sorpresa, a pesar de ello, de vernos plasmados en la carta
natal, la forma con que la astrología representa nuestra ubicación en el mundo.
Ser tan poco y, no obstante, “figurar” en el universo. Swami Vivekananda lo
expresa sabiamente en estas pocas líneas.
LA COPA
Swami Vivekananda
Esta es tu copa, la copa asignada
a ti desde el principio.
Más aún, hijo mío, yo se cuánto
de esa oscura bebida es tu propia
mixtura
de faltas y pasiones, hace
muchísimo tiempo,
en los profundos años del ayer,
lo sé.
Este es tu camino, un camino arduo
y tedioso.
Yo hice las piedras que nunca te
dan descanso.
Yo ubiqué a tu amigo en caminos
agradables y diáfanos,
y él vendrá, como tú, a Mi pecho.
Pero tú, hijo mío, debes viajar
por aquí.
Esta es tu tarea. No tiene
alegría ni gracia,
pero no está destinada para ninguna otra mano
y en Mi universo tiene su lugar
exacto.
Tómala. No te pido que comprendas.
Te pido que cierres tus ojos para
que veas Mi rostro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario